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Caso de éxito | Fibonacci

Hoy vamos a presentar un emocionante caso de éxito: Fibonacci. En esta historia, te vamos a contar cómo Natalia Chamorro logró posicionar su marca vistiendo a las modelos y celebridades más destacadas de Argentina, con reconocimiento en todo el mundo.

Índice

Natalia supo aprovechar al máximo las nuevas tecnologías, lo que la llevó a alcanzar el éxito comercial y nuestra más profunda admiración. Sin embargo, debemos recordar que el camino hacia nuestros objetivos no es fácil ni cómodo, pero definitivamente vale la pena. Como bien afirma Nati: «El que no arriesga, no nada. No pierde, no gana… No nada».

Situación inicial

Natalia tenía el deseo de tener un sitio web con una estética minimalista que reflejara la sofisticación de las grandes marcas de moda europeas. Además, necesitaba que el sitio tuviera diferentes secciones para clasificar los productos en tres categorías principales: joyas, vestimenta y cerámicas. En el caso de la vestimenta, se decidió crear cantidades limitadas por prenda para aumentar su exclusividad. Por lo tanto, la plataforma no solo debía gestionar el inventario de manera eficiente, sino también mostrar el stock en tiempo real a los usuarios. Para las joyas, era fundamental que los usuarios pudieran seleccionar el material y el tamaño deseado.

Adicionalmente, la plataforma requería una pasarela de pagos que permitiera transacciones en línea con múltiples métodos de pago (débito, crédito y efectivo), así como un sistema de envíos que permitiera a los usuarios agregar los costos correspondientes al total de su compra. Por último, era importante contar con un blog integrado donde Natalia pudiera publicar contenido de manera autónoma y sin depender de terceros como nosotros.

Soluciones implementadas

Comenzamos creando una tienda online con un diseño minimalista, donde integramos Mercado Pago Checkout Pro y Correo Argentino para facilitar los procesos de pago y envío. Además, creamos un área autoadministrable para que Natalia pudiera cargar sus entradas de blog de manera sencilla. También agregamos la opción de compras por WhatsApp, para aquellos clientes que deseen obtener más información antes de concretar una compra.

La página de producto muestra el stock disponible en tiempo real, y en el caso de las joyas, los clientes pueden seleccionar el material y el tamaño deseado para completar su compra. Para facilitar aún más el proceso de compra, incluimos una guía de talles. En cuanto al diseño, seguimos una proporción de colores 70-20-10, con predominancia del blanco y tipografías mayormente serif, lo que le da un toque distintivo. A pesar de la simplicidad de los diseños, lo que realmente destaca es la imagen del producto.

Natalia nos cuenta su historia

Fibonacci, el origen.

 

Todo comenzó durante la pandemia, cuando como muchas otras personas,tuve que reinventarme. Siendo modelo, me encontré con la prohibición de trabajar, así que decidí adentrarme en el mundo de la moda desde otro ángulo: creando vestidos. Siempre que usaba uno, o encargaba uno a medida a algún diseñador, estos se vendían de manera excepcional.

Fue entonces cuando propuse a una marca amiga hacer una cápsula de vestidos, y en tres temporadas tuvimos un gran éxito, vendiendo una gran cantidad de prendas. A raíz de esto, comencé a diseñar cerámicas y otros objetos para el hogar, y fue así como conocí a Mati Pin, de REARDEN, quien me ayudó con la página web. Sin embargo, esta marca no funcionó como esperaba, pero continue la búsqueda.

Al mismo tiempo, se me presentó la oportunidad de crear una cápsula de joyería, yo hacia la bajada diseño y ventas, esta si resultó ser un éxito. Recuerdo que en tan solo una noche, junto a Mati, creamos una página web maravillosa.

Aunque abarcaba tres áreas diferentes, no tenía algo constante, ya que se trataban de cápsulas y terminaban después de un tiempo. Sin embargo, lo que sí unía a las tres era la artesanía, la creación de objetos hechos a mano tanto para el hogar como para uso personal.

Siempre había trabajado con diferentes personas que dominaban distintos oficios. Fue así como en mi mente comenzó a surgir la idea de una marca unificada que reuniera estas tres áreas, sin saber qué más podría venir en el futuro. Lo único que tenía claro era que todo debía ser hecho a mano.

Decidí buscar socios para compartir esta aventura, ya que me parecía mucho trabajo para una sola persona, pero no tuve mucho éxito en esa búsqueda. Aunque no tenía mucho conocimiento y en ocasiones era un trabajo solitario, decidí darlo todo de mí.

Así nació Fibonacci. Todo el proceso que les he contado anteriormente llevó tres años y medio hasta el día de hoy. Puede que pueda explicarlo en unos pocos párrafos aquí, pero déjenme decirles que fue un camino difícil. Trabajé desde los 10 años para poder costear mis viajes por todo el país y los trajes de danza fusion folklórica. Mi madre se esforzaba creándome desde te bingos hasta hacerme empanadas para que yo pudiera viajar, y yo misma salía a vender puerta a puerta por toda la ciudad.

A los 15 años, comencé a trabajar como camarera, en locales de ropa y bares nocturnos. Iba al colegio y trabajaba. Siempre fue así. Más tarde, cuando decidí estudiar para ser Maestra de Primaria con orientación en riesgo social, recibí una oportunidad inesperada: me llamaron para participar en un desfile de moda cuando apenas tenía 21 años, no podía creer, me pagaban en un desfile lo que ganaba en todo el mes en los bares, así que ser modelo no solo me encanto sino me daba una posibilidad económica de crecer.

Siempre he estado acostumbrada a trabajar y, de hecho, me encanta. No me veo en ninguna otra forma que no sea trabajando. Sin embargo, me preocupaba mucho no saber qué hacer el día que dejara de ser modelo. No quería depender económicamente de nadie más, ya que desde muy joven me había acostumbrado a trabajar para pagarme mis propias cosas. Me deprimía no encontrar algo que me gustara tanto como ser modelo y que también me permitiera mantener el estilo de vida al que estaba acostumbrada. Quería encontrar un trabajo significativo, algo bueno y hermoso en lo que pudiera dedicarme.

Durante noches enteras, reflexionaba sobre qué podría ser, llegando incluso a meditar y pedirle al universo respuestas, soplando las velas de mi cumpleaños o sentada junto al fuego en las fogatas de Navidad. Hasta que finalmente llegó, tuve una guía espiritual que me acercó a lo que realmente quería hacer y me impulsó. Aunque el miedo era abrumador, atreverse a emprender en un momento tan desafiante en Argentina es un acto de valentía. Recuerdo el dicho: «el que no arriesga, no nada. No pierde, no gana, no nada».

Hoy, abrazo a esa versión pasada de mí misma, a pesar de las deudas acumuladas, las personas que me tiraron abajo y mis autoboicots, y de que todo fue un poco caótico, con muchos miedos y pocas certezas. Me abrazo por haber sido valiente.

Fibonacci hoy

¿Quién hubiera imaginado que, seis meses después, vestiría a figuras como Maria Becerra, Pampita, Zaira Nara, Juana Pepa, Victoria Saravia y a talentosas modelos que triunfan en todo el mundo? Además, Fibonacci, mi marca actual, ha tenido la oportunidad de ser publicada dos veces en Vogue y contar con seguidores entre las celebridades más hermosas, que mis productos tengan una temporada exitosa en Punta del Este Urguay y sean convocados para venderse en un importante hotel en los EEUU.

Pero no se trata solo de eso. Lo más hermoso que he experimentado y sigo descubriendo cada día es que puedo brindar trabajo a diferentes artesanos y trabajadores, quienes son la esencia de Fibonacci. Son los artesanos más talentosos de Argentina y se han convertido en verdaderos compañeros. A veces, hablo y paso más tiempo con ellos que con mi propia familia. Tienen una paciencia infinita conmigo, ya que soy bastante exigente con los detalles, pero siempre dan lo mejor de sí para crear belleza en cada objeto.

Quiero agradecer especialmente a Mati, con quien llevo tres años trabajando en diferentes proyectos de diseño web. Agradezco su lealtad, paciencia y apoyo desde los inicios. Siempre he contado con la confianza y profesionalismo de su empresa REARDEN en colaboración con Fibonacci.

Natalia chamorro

Conclusión

Ser dueño de un negocio propio puede resultar abrumador, y a veces sentimos que todo se desmorona a nuestro alrededor. Es posible que si optamos por algo más sencillo, la recompensa no sea tan significativa. Natalia, hoy en día, es una emprendedora exitosa, a pesar de haber experimentado dos intentos empresariales que no lograron perdurar. Si se hubiese dado por vencida en aquel entonces, si la frustración hubiera ganado, Fibonacci, una marca de moda argentina reconocida mundialmente, no existiría en la actualidad.

Nuestras tecnologías son simplemente herramientas. Sin ellas, no podemos iniciar nuestro viaje, pero tampoco garantizan el éxito por sí solas. Al final del día, todo depende de vos. Por eso, queremos transmitirte nuestra confianza, ¡vas a lograrlo!

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